¿Te has dado cuenta de que cada dos
por tres oímos en las noticias sobre los últimos avances científicos,
especialmente en el campo de la medicina, y aun así hay el doble o el triple de
noticias sobre como varias enfermedades se están multiplicando?
Diabetes, colesterol, Alzheimer,
fibromialgia, artritis, y varias clases de cáncer. Todas estas son enfermedades
‘de estilo de vida’, muy relacionadas con nuestros hábitos diarios, nuestra
alimentación y nuestro entorno (¡sí, el Alzheimer también!).
Por supuesto que hemos avanzado
mucho en las últimas décadas en cuanto a medicina e investigación científica…
pero nos hemos quedado bastante atrás en cuanto al conocimiento fundamental
para llevar una vida saludable. Un gran ejemplo, del que quiero hablar en este
post, es que la gran mayoría de las personas no saben cómo comer.
Porque, ¿qué es una alimentación
saludable llevada a la práctica? ¿Cuál de todas las ‘dietas’ populares (paleo,
vegetarianismo, keto, alta en proteínas, macrobiótica…) es la más correcta?
¿Cuál es la verdad?
Nosotros y nuestros cuerpos somos únicos
La respuesta más directa es: no
hay una solución universal que encaje con el 100% de la población mundial. Esto
se debe al concepto de la bioindividualidad, que quiere decir que todos somos
diferentes biológicamente de una manera u otra, y que lo que le sienta bien a
uno puede no sentarle bien a otro (incluso si ese ‘uno’ es la gran mayoría de
la gente).
Así pues, el primer fundamento
para una dieta saludable es conocerse a uno mismo, descubrir lo que le sienta
bien a su cuerpo y sistema digestivo, y qué alimentos (y qué horarios) le
funcionan mejor a uno.
Dicho esto, también te diré que
la naturaleza es muy sabia y que varias ramas del campo de la Nutrición lo
saben muy bien. Cuando empecé a estudiar para ser Coach de Nutrición, lo
primero que busqué fue cuál era la dieta más saludable. Había leído ya varios
libros y escuchado charlas y seminarios de varios expertos, pero había tanta
información que no tenía una respuesta clara.
No fue hasta que experimenté
conmigo misma, hasta que tuve en cuenta el concepto de la bioindividualidad, y
hasta que empecé a comparar dietas y resultados en varias personas, que
encontré algo que podría recomendar con total satisfacción a mis amigos,
familiares y clientes.
Tal vez no haya una verdad
universal, pero sí que hay una manera de comer extremadamente eficaz y
beneficiosa que con gran probabilidad te ayudará a llevar una vida saludable
(al menos en cuanto a comida). Infinidad de estudios lo han comprobado.
La clave para una dieta saludable
Me refiero a la manera más simple
de comer: llevar una dieta de alimentos enteros, o lo que en inglés se conoce
como ‘wholesome diet’. ¿Que qué significa esto? Nada más sencillo que comer
alimentos en su forma natural. Por ejemplo, comer calabacín, coliflor, patatas
o espinacas, en vez de comidas procesadas. Alimentos de un único ingrediente:
ellos mismos.
Una dieta de alimentos enteros
consistiría, así pues, en fruta y verdura fresca, cereales enteros (arroz integral,
quinoa, avena integral…), legumbres, frutos secos y semillas. En estos
alimentos se incluye la proteína (vegetal), que puede venir de frutos secos
como nueces o cacahuetes, de legumbres como alubias rojas o garbanzos, o de
verdura como guisantes, espinacas, aguacate, brócoli, o col rizada.
Básicamente, siguiendo este
estilo de vida (vamos a llamarlo así, porque más que ‘dieta’ es una técnica o
manera de llevar una vida saludable) nos aseguramos de comer cosas lo más
próximas a la naturaleza que podamos, evitando ingredientes tóxicos e
indeseables.
Llevar una dieta de alimentos
enteros no quiere decir comer un alimento cada vez; ¡por supuesto que puedes
cocinar platos, tanto sencillos como elaborados, con multitud de ingredientes!
Pero el material con el que trabajes en la cocina te dará más beneficios si es
‘entero’.
Cuando comes alimentos enteros,
en su forma natural, recibes todos los beneficios de sus componentes minerales
y vitamínicos. Y es que cuando procesamos una manzana, por ejemplo, para hacer
zumo de manzana (comercial), se pierden muchos nutrientes. Además, se añaden
ingredientes innecesarios, aditivos, preservativos, mucha sal o azúcar y, cómo
no, calorías extras.
Estamos tan
acostumbrados a comer alimentos procesados, que no somos realmente conscientes
de la cantidad de tóxicos con los que contaminamos nuestro cuerpo. Claro, todos
sabemos que X producto lleva aditivos, colorantes, conservantes, o incluso
sulfatos, o que tienen un alto nivel en sal o azúcar… pero ¿realmente somos
conscientes de los efectos que tiene en nuestro cuerpo? Consumir esta comida
una vez, no pasa nada. Pero cuando hacemos de la comida procesada nuestro
estilo de vida, y cuando esta encuentra un lugar estable en nuestra pirámide
personal de alimentos… es entonces cuando corremos el riesgo de desarrollar
enfermedades o inflamación crónica.
No es de extrañar, pues, que comer
alimentos no procesados se asocie con una importante reducción en el riesgo de
contraer enfermedades cardiovasculares, diabetes del tipo 2, y varias clases de
cáncer. Casi nada, ¿eh? ¡Y el listado de enfermedades evitables aumenta
considerablemente si nos pasamos a la proteína vegetal y reducimos o eliminamos
los alimentos de origen animal!
Así pues, lo más saludable es
comer alimentos enteros y en su forma natural. Es esta clase de ingredientes la
que suele tener más densidad nutritiva, es decir, más nutrientes que calorías.
¡Solo piensa en la cantidad de vegetales que puedes comprar en tu mercado
local! Todos esos alimentos coloridos, vibrantes y de temporada están cargados
de fitonutrientes que nutrirán tu cuerpo como nadie.
Comer alimentos densos en
nutrientes es vital para una buena salud, y a medida que crecemos y envejecemos
se convierte en una tarea más importante. Y es que necesitamos mantener nuestro
cuerpo sano y activo con nutrientes, pero cada vez necesitamos menos calorías
para funcionar (¡a no ser que seamos atletas o extremadamente activos!).
En resumen: tengas la edad que
tengas, seguir estos fundamentos a la hora de comer te asegurará salud y
bienestar ahora y en los años que quedan por venir. ¡Convierte tu comida en tu
aliada para una vida llena de aventuras!